Tsunami

Portada de la reseña

Autora
Vivian Abenshushan, Yásnaya Elena A. Gil, Verónica Gerber Bicecci, Margo Glantz, Jimena González, Gabriela Jauregui, Brenda Lozano, Daniela Rea, Cristina Rivera Garza, Yolanda Segura, Diana J. Torres y Sara Uribe. Edición y Prólogo: Gabriela Jauregui.

Descripción

Es el primer volumen de un conjunto de ensayos y reflexiones (hasta ahora contenidas en dos tomos), que desde diferentes perspectivas desarrollan el ser y sentirse mujeres en una sociedad en la que la violencia, la discriminación y la desigualdad, constituyen un problema generalizado, intergeneracional y transversal.

Los 12 textos que lo integran pueden leerse de manera no lineal, lo cual, aunado a la accesibilidad y libertad de su redacción, permite que sea una lectura fluida y accesible para todo público. Además, las experiencias descritas por las autoras se vuelven cercanas desde las diferentes realidades de las mujeres: mujeres diversas que experimentaron la violencia, la presión o las cargas que el género y las expectativas sociales imponen sobre ellas.

La diversidad de mujeres es muy amplia, no solo por sus características, cualidades condiciones, experiencias o profesiones; sino también por las realidades y contextos en los que viven. Es a partir de esa diversidad que Tsunami, retrata realidades y vivencias variadas que reflejan las visiones y sentires de las autoras. Como señala Gabriela Jauregui, "si antes se unificaban los pensamientos de las mujeres feministas en las llamadas olas (primera, segunda, tercera, etc.), aquí hay mujeres de varias generaciones, formas de pensar, ocupaciones y, no obstante, el sentimiento es que, en estos tiempos, nuestras voces se suman en crescendo hasta que ola tras ola, se crea un verdadero tsunami".

"Disolutas (A ante cabe con contra) las pedagogías de la crueldad"

La violencia, en la creación literaria, es un reflejo más de la violencia y la discriminación que se vive en el ejercicio de las ciencias y las profesiones, regidas por la corporación, entendida como Segato lo ha pensado, como esa alianza masculina fuertemente jerarquizada que se consolida a través de una víctima, esa mujer convertida en objeto de violencia. Al someterse al «escrutinio de las voces autorizadas» el uso de la típica frase «dedícate a otra cosa» está presente en ese ámbito y en todos los demás ámbitos públicos en los que las mujeres no sin una resistencia atroz, han logrado incursionar. ¿Qué hace que las mujeres aún a pesar de los obstáculos se abran camino (porque son de ellas los logros) frente a un sinfín de obstáculos que enfrentan en el ejercicio de su vocación? ¿Cuáles son las consecuencias de estos obstáculos en el conocimiento científico y desarrollo artístico de las sociedades? ¿Cómo combatir el mandato masculino en la creación literaria?

"La sangre, la lengua y el apellido. Mujeres indígenas y Estados nacionales"

El texto invita a reflexionar sobre el trato que se da a las mujeres indígenas, ¿son consideradas en horizontalidad? El ser mujer y ser «indígena», atraviesa varias categorías de opresión. En su texto, Yásnaya A. Gil reflexiona sobre la forma en que las mujeres indígenas responden «como indígenas desde una categoría política y como mujeres atravesadas por categorías patriarcales, ambos aspectos totalmente imbricados y no sólo adicionados». También la autora destaca que «la resistencia lingüística se ha articulado desde las mujeres en muchos casos, pero no es responsabilidad exclusivamente de ellas mantener la vitalidad de las lenguas indígenas» sino que la «solución implica desarticular las estructuras racistas que provocan que la transmisión intergeneracional de las lenguas indígenas cese y los espacios de uso desaparezcan».

"Mujeres polilla"

Con un ejercicio dotado de un gran significado, de forma creativa y poética el texto muestra una reflexión sobre lo que la autora cataloga como las mujeres polilla. Verónica Gerber corroe «probablemente el poema misógino más antiguo que conocemos en la historia occidental”, el Catálogo de las mujeres de Semiónides de Amorgos.

"Apuntes para una posible genealogía (arqueológica) de los MeToos"

Luego de un recorrido por acontecimientos y obras literarias que, entre otras cuestiones, describen la desigualdad y violencia y otras formas de discriminación, el texto permite reflexionar sobre los orígenes del MeToo. La autora invita también a pensar cómo es que por siglos ha existido la violencia reiterada sobre las mujeres.

"Las otras"

Reflexión poética que se escribe como respuesta a las distintas formas de violencias, entre ellas, la que ha propuesto callar a las mujeres.

«… Escribo
para sanarme, para sanarlas,
para ser algo más que víctimas,
alguien más que «algo»
mucho más que «otras»
Para desarraigar la competencia
con la que nos adoctrinaron…»

"Herramientas desobedientes"

El texto comienza con una idea fundamental: «ni el racismo ni el patriarcado se acaban desde dentro» pero entonces ¿Cómo empezar? ¿con qué herramientas? El lenguaje, la colectividad, las tecnologías de la información son algunas alternativas pero no las únicas «que nuestras lenguas sean desobedientes». «Saquémosle punta a los lápices, afinemos nuestras habilidades taquimecanográficas, nuestros dedos ágiles, nuestro lenguaje de coding, nuestros utensilios domésticos des-domados, nuestras voces de merolico aulladoras, de cantantes locas, de aves raras, nuestras imaginaciones rebeldes y hagamos una eutopía, es decir, un buen lugar: un mundo mejor aquí y ahora.

"No adónde va, sino de dónde viene"

Brenda Lozano reflexiona sobre los distintos ecos que a lo largo de la historia y la literatura han merecido las revueltas de las mujeres que se atreven a confrontar el orden patriarcal.

Una pregunta válida y vigente desde una realidad en el que una decena de mujeres muere todos los días y muchas más sufren abusos no denunciados, no atendidos: «Es posible que la sociedad sea más receptiva que antes a escuchar la denuncia de un abuso de género ¿pero hasta qué punto es escuchada?» ¿Por qué se sigue culpando a las mujeres víctimas de violencia y no a los agresores? ¿Cuáles son los mensajes grabados en los cuerpos y vidas de mujeres y niñas que no estamos leyendo? ¿Cuándo serán los propios silencios mensajes claros de una queja? En definitiva: ¿viviremos en una sociedad menos misógina que antes?

"Mientras las niñas duermen"

«No todos somos padres, pero todos hemos sido hijos y hemos sido cuidados». El texto nos recuerda fragmentos de un diario que bien pudo ser escrito por más de una mujer que además es madre: ¿Cómo cuidar?, pero también, ¿Cómo cuidarse? La lectura del texto nos lleva a las preguntas: ¿es el orden de género quien impone la maternidad y la desapropiación para cuidar al otro? ¿Una verdadera corresponsabilidad Estado y sociedad aligeraría las “cargas” de la maternidad? Daniela Rea reflexiona a través de un ejercicio sumamente personal y honesto, narrado en un contexto de cuidados, sobre los puntos que se entrecruzan o confrontan entre la maternidad y los feminismos.

"La primera persona del plural"

Cristina Rivera Garza reflexiona sobre su proceso de creación literaria como feminista en contraposición a la sumisión y al callar. Una de las ideas que el texto pone en evidencia es que en una sociedad en donde la independencia está sobrevalorada, en donde el hombre se construye a sí mismo, parece poco importante que necesitemos «cuidados materiales y afectivos». Que «como seres sociales que somos, requiramos luego del lenguaje y del afecto». En este sentido «es bueno recordar que nadie tiene un cuarto propio, si no existe una casa y alrededor y dentro de la casa, una comunidad que la construye y la afecta».

“Otro modo que no se llame”

Una reflexión muy familiar realiza Yolanda Segura, intuyendo que más de una ha tenido, la sensación de que «pocas cosas cambian, de que los problemas permanecen» sin darnos cuenta de que «somos nosotras quienes cambiamos» y nos reinventamos, notamos lo que está alrededor y lo nombramos. Yolanda Segura, muy acertadamente nos recuerda «si la frase lo personal es político, resuena como lema feminista de los sesenta, quizá valdría pensarla en el presente recordar lo otro que también dice: eso político atraviesa nuestras vidas y se cuela a nuestras camas: el sexo, las horas de descanso, los lugares de trabajo. No nos compete únicamente reconocernos como parte de una serie de discursos, sino que es necesario procurar los sitios para discutir eso íntimo también en la esfera pública».

“Medalla o estigma”

A partir del relato sobre una agresión física sufrida en las calles, Diana J. Torres reflexiona sobre cómo en la «lectura que hacemos y hacen las demás de las agresiones, está el grave problema, en nuestro modo de enfrentar las cosas que nos pasan y que no deberían pasarnos, y creo que es una responsabilidad colectiva cambiar esa percepción en tanto que no podemos acabar con la violencia ni acabar de forma definitiva con la posibilidad de ser agredidos». La autora reflexiona sobre cómo el patriarcado es un sistema que sabe normalizar y naturalizar las agresiones machistas.

"Solas"

Comienza, a través de un relato en el que la autora narra cómo el Estado condena a dos niñas a vivir con su agresor y cómo irónicamente gracias a la propia ineficiencia del Estado, logran “salvarse”. Una reflexión cruda pero muy atinada sobre las múltiples y permanentes violencias que viven las mujeres y que deja pensando en nuestras propias realidades. Entre ellas, cuando Sara Uribe señala que «mientras creces, nadie te dice a bocajarro y con certeza: tu vida correrá peligro, tu existencia estará amenazada siempre, en sitios públicos o en tu propia casa, a altas horas de la noche o al mediodía, con cualquier tipo de ropa, usando maquillaje o sin él; estarás expuesta y vulnerable de ser acosada, violada, desaparecida, traficada, torturada, muerta por individuos desconocidos o cercanos a ti, individuos que la mayoría de los casos saldrán impunes: muerta sólo porque eres mujer.