Tsunami 2

Portada de la reseña

Autora
Marina Azahua, Lydia Cacho, Dahlia de la Cerda, Diana del Ángel, Lía García (la novia sirena), Valeria Luiselli, Fernanda Latani M. Bravo, Luna Marán, Sylvia Marcos, Itzel Maya, Brenda Navarro, Jumko Ogata. Edición y Prólogo: Gabriela Jauregui.

Descripción

Tsunami 2 es una colección de 12 textos integrada por diversos géneros literarios, conformados por poesías, ensayos, epopeyas, narraciones personales, incluso un fragmento de una obra dramática, entre otros. A través de ellos, mujeres de muy diversos ámbitos, edades, orígenes, profesiones y visiones plasman su voz a través de la escritura y describen la compleja realidad de la reivindicación feminista y la lucha contra la violencia en nuestro país. Todas, desde sus distintas experiencias, confluyen en un mismo objetivo: reflexionar sobre las experiencias, vidas, obstáculos y limitantes a los derechos de las mujeres.

Gabriela Jauregui, introduce esta obra con “El cuerpo en la línea”, un breve recorrido por diversos momentos recientes de las luchas feministas en nuestro país: el movimiento #MeTooMx, la diamantina fucsia, las manifestaciones con cánticos y tomas de instalaciones gubernamentales, entre algunas de las citadas. A dos años de haberse publicado el primer volumen de esta colección de ensayos, la invitación de la editora se abre para que se reflexione y celebre sobre la diferencia en el imaginario presente y para que se construya “un futuro de vida y no de muerte”.

En “La rebelión de las Casandras” Marina Azahua parte de la figura mitológica de Casandra, vidente condenada a ser ignorada en todas sus profecías, para reflexionar sobre la creciente ola de violencia en contra de las mujeres que se vive en México y las diversas movilizaciones que en respuesta a ésta se han producido. Los pañuelos verdes, la diamantina rosa y el humo morado han dado color a la rabia que abandonó el silencio en distintos momentos de 2019 y que para 2020, resuenan en un 8 de marzo estruendoso con la inscripción en la plancha del zócalo de cerca de 3,200 nombres de mujeres que han perdido la vida desde 2016 a causa de la violencia.

Lydia Cacho comparte en “Fragmentos del diario de una feminista” algunas de sus vivencias más íntimas en la infancia y juventud: sus primeras confrontaciones con el sistema patriarcal, el amor propio (el autoconocimiento) y otros aprendizajes que la configuraron como una feminista rebelde y segura de que, desde la unidad, la sororidad, la lucha, se encuentra el cambio.

En “Feminismo sin cuarto propio” Dahlia de la Cerda analiza desde una visión interseccional la diversidad de realidades que experimentan las mujeres de nuestro país. A partir de la propuesta de Virginia Wolf sobre la autonomía que otorga “un cuarto propio”, la autora confronta las posturas clasistas y raciales del feminismo hegemónico, ancladas por el privilegio y argumenta por qué ella considera que existen dos grandes grupos de feminismos: aquél que pertenece a feminismo hegemónico y, por otra parte, la radicalización del feminismo. Dahlia reflexiona sobre las feministas que ella llama de “los zulos propios” en lugar de las privilegiadas “de los cuartos propios” y que se han enfrentado, además, a otras opresiones más allá del género.

Diana del Ángel en “Hacer (nos) Casita”, narra desde su experiencia en el movimiento estudiantil de 1999, las prácticas “machistas-proletarias” y cómo en las relaciones entre mujeres también se encuentran actitudes machistas, de desacreditación y violencia. Como parte del texto se destaca la necesidad de hacer conciencia sobre la sororidad y la solidaridad entre mujeres.

Lía García (la Novia Sirena)  en su ensayo “A mares sobreviviremos: Metáforas del dolor trans", transmite la lucha en la que participa contra la violencia hacia las mujeres trans. Narra su condición de mujer trans afrodescendiente y su enfrentamiento diario a un racismo cotidiano.

Utiliza la simbología del agua hasta la transformación en sirena, las perlas y el dolor que guardan en el mar, como ejemplo del grito de resistencia trans, un llamado de dolor en un México invadido por el odio transfóbico, pues a pesar de las eternas luchas de su colectivo, continúa la violencia sistemática, impregnada de prejuicios machistas contra ellas.

En “Agua Negra” Valeria Luiselli, comparte un fragmento del ensayo sonoro Echoes From the Borderlands, donde evidencia la violencia en la frontera entre Estados Unidos y México, por la capitalización de la industria minera.

Trenza varios textos narrativos donde convergen diversos elementos: el cobre, la genealogía del DIU, las relaciones vinculadas con el activismo social, la violencia obstétrica, la violencia sexual, la libertad sexual y el despojo de las tierras, entre otros.

Fernanda Latani M. Bravo, en su ensayo “Temblores en el corazón: Crónica de una geografía emocional”, comparte la analogía de dos sucesos: el sismo de 2017 y la relación con su madre. Confronta y detalla ese movimiento telúrico que, a pesar de lo trágico, hizo posible el acercamiento con su madre.

Comparte la resiliencia necesaria para atravesar ese evento y el entendimiento hacia las conductas discriminatorias aprendidas e invisibilizadas que enfrentamos las mujeres.

Originaria de la comunidad Zapoteca Guelatao de Juárez, Oaxaca, Luna Marán en “¿Quién apagará los incendios?”, mediante poesía, narra algunas actitudes machistas y patriarcales que están arraigadas dentro de su comunidad respecto del matrimonio, la libertad de la maternidad, el deber de cuidados, la autonomía de ser y de sentir. Es decir, el conflicto de construir otras formas de amar y de formar comunidad.

¿Cómo crear nuevas formas de relacionarse? La autora, sensible por los prejuicios y estereotipos que prevalecen dentro de una comunidad indígena, nos permite ahondar sobre: ¿Qué es una comunidad? ¿Cómo es crecer en una comunidad indígena? ¿Cómo gestar los cambios en una comunidad?

En “Un Bosque de Mujeres: Carta a las Zapatistas”, Sylvia Marcos, escribe sobre la lucha de las mujeres zapatistas y elabora reflexiones sobre las propuestas que emergen de las luchas colectivas. La autora relata que a la par del levantamiento, se dio la pugna por los derechos de las mujeres zapatistas y el reconocimiento de éstas en la justicia social, con el llamado de las luchadoras indígenas a erradicar el miedo para continuar con “la rebeldía de ser mujer”.

En “El hambre soy yo”, Ytzel Maya narra desde su experiencia y su propia corporalidad disidente, cómo fue haber crecido lesbiana, en el Estado de México, lugar por demás machista, en la periferia de la gran urbe. Describe desde la metáfora del cuerpo, cómo a través de este, se atraviesan los afectos no sólo de cariño, desde el sentido sociológico. También habla sobre el deber de rescatar las voces que no regresan a un lugar específico porque no se les dio esa oportunidad, pues la historia siempre ha sido masculina y machista.

“4 Diatribas y media en la Ciudad de México”: Brenda Navarro, a través de estas diatribas, plasma la violencia machista vivida y las desigualdades. Narra un paralelismo entre las distintas partes del cuerpo que no se conocen, pero pertenecen al mismo cuerpo, con las mujeres que viven la violencia de género en carne propia, aunque no se conozcan tampoco entre todas ellas. Profundiza también en la exaltación que los varones suelen hacer sobre sus vidas sexuales y las carencias afectivas que frecuentemente presentan.

Jumko Ogata en “Las historias que nos construyen", narrado en primera persona, describe desde su propia historia, su origen afrojaponés y como chicana originaria de Veracruz, su acercamiento y alejamiento del feminismo, así como su forma de aterrizar otras vías de resistir el patriarcado. Jumko prefiere hacer referencia a la lucha o al pensamiento antipatriarcal, pues define a lo que se enfrenta, sin posicionar el espacio y pensamiento occidentales como puntos de partida para encararlos. Cuenta cómo a lo largo de su vida se ha enfrentado a ser catalogada como “exótica”, concepto que es cambiante y definido a través de la mirada blanqueada occidental.

A lo largo de la narración describe cómo ha sido su lucha contra los cánones impuestos y los estereotipos marcados a las mujeres, y revela el descubrimiento de las mujeres afrodescendientes que fue conociendo a lo largo de su vida.